13.- EL REGRESO

Me detuve en la entreabierta
puerta de mi oscuro hogar
y besó mi boca yerta aquella bendita puerta
que me convidaba a entrar.

Mi corazón fatigado de luchar y de sufrir,
cuando escuchó el sosegado
rumor del hogar amado
de nuevo empezó a latir.

Manuel, se ha desilusionado de Rosa. Comprende que es Amalia a quien verdaderamente ama. Necesita su amor maduro y sereno. La sabiduría de sus palabras. La ternura de sus caricias. Arrepentido, implora que lo perdone por haber traicionado su amor y su confianza

Caí junto a su regazo y en él mi cabeza hundí
y unidos en mudo abrazo, de nuevo atamos el lazo
que en mi locura rompí. Ni reproches ni gemidos...
sólo frases de perdón brotaron de esos queridos
labios empalidecidos por tanta y tanta aflicción.

Amalia lo perdona, a pesar del inmenso dolor por haber sido traicionada en lo más íntimo de sus sentimientos, porque sigue enamorada de este hombre con alma de niño. Porque necesita creer en su arrepentimiento. Porque conoce su alma de artista enamorado de la belleza. Porque no concibe la vida sin él a su lado.

Pero algo se ha roto en su interior y nada volverá a ser lo mismo.

Manuel vuelve a enamorarse de su Amalia. Comienzan a construir la casa en Cartagena. Viajan hacia allá en repetidas ocasiones. Se van en tren hasta la estación de Leyda y ahí toman el coche de posta que los lleva hasta el balneario. Disfrutan juntos. Hacen planes.

Mientras venía en el coche fui a sacar cigarros de mi maleta y hallé tu carta, que acabo de releer aquí en la playa, ante dos espectáculos que me impresionan de un modo aliviador: el espectáculo del mar, que amo como a un ser viviente y el de aquella quebrada donde ya se alza más visiblemente el cimiento, la fundación de ésta que creo será más “mi casa” que cualquier otra, no sé si porque en ella pongo mi esperanza o porque es la realización de un sueño alimentado largos años...

En 1911, un año después de la publicación de La Jornada, en el semanario La Reforma, editado en San Bernardo, aparece su obra de teatro El Pecado Bendito que estrena el Teatro de Santiago.

Entusiasmado por la acogida del público a su primera obra de teatro, escribe La Batalla, una comedia, que estrena con gran éxito la Compañía Borrás. Los roles protagónicos están a cargo del mismo Enrique Borrás y la primera actriz española Anita Adamuz. Al día siguiente, en Las Ultimas Noticias, aparece un artículo de Víctor Domingo Silva, comentando la obra de Magallanes Moure, su experiencia del juego escénico y la familiaridad con el diálogo.

Ese mismo año Manuel es invitado a Valparaíso para participar en los Juegos Florales que se celebran en esa ciudad. Su poesía, "Himno al Amor", obtiene el segundo lugar.

Como la luz, eres, amor.
Todo lo envuelves, todo lo iluminas
y a todo das color.
Eres rayo de sol en la alegría
y en el ensueño vago resplandor;
eres penumbra en la melancolía
y eres noche sin fin en el dolor.

Se siente muy contento. Amalia lo adora y sus hijas lo llenan de orgullo y alegría. Como si esto fuera poco, su carrera literaria ha sido muy exitosa y los críticos especializados lo han distinguido bastante. Sus pinturas son cada vez más solicitadas. ¿Qué más podría pedirle a la vida?