22.- EN LA QUIETUD DE LA TARDE
En la quietud de la tarde,
frente a la abierta ventana
que ensombrecían los árboles
de la calle solitaria,
hablamos de mi partida.
Busqué tus ojos y fijos
en la lejanía estaban
y con oculta alegría
los vi anegados de lágrimas.
Ha pasado un mes desde que Manuel hablara con su hermano Valentín acerca de su viaje a Europa y todavía no encuentra el momento para decírselo a Amalia y a Mireya. En el intertanto ha recibido otra carta de Ried desde Burdeos en la cual le reitera su invitación agregando que ya se ha contactado con algunos amigos comunes en París, como Plaza Ferrand y Manuel Thomson que estarán felices de ayudarlo en lo que necesite. Le advierte también que debe decidir con anticipación la fecha de su viaje para hacer las reservas necesarias en el barco que lo llevará a Europa, ya que lo ideal sería salir desde Valparaíso. En caso contrario deberá viajar a Buenos Aires para zarpar desde allá.
Esa noche, madre e hija intercambian miradas sorprendidas ante la extraordinaria locuacidad y simpatía de Manuel, que incluso se da maña para piropear a su cuñada Ana que estrena nuevo peinado. Terminada la cena les pide que pasen al salón. Las tres se sientan expectantes. El se pasea, nervioso, mientras enciende un cigarrillo.
Les tengo una sorpresa. He recibido una invitación de nuestro amigo Alberto para que vaya a visitarlo a Francia . Ustedes saben que, conocer París, ha sido el sueño de mi vida. Y ¿qué les parece?
Pero papá, dijiste que ya nada volvería a separarnos.
Lo sé, Mireya. Será un viaje corto. Unos meses solamente. Podremos escribirnos todos los días, si tú quieres.
Y ... ¿cuándo te vas?
Pienso que podría ser en octubre o noviembre. Depende de la fecha en que salga algún vapor para Europa desde Valparaíso. Y depende también de lo que opine tu mamá ... ¿qué dices, Amalia? ¿Por qué te quedas ahí de pie frente a la chimenea como si no escucharas lo que digo? Mírame. Dime algo. Prefiero oír tus quejas en lugar de oír tu silencio.
No habrá quejas, Manuel. Puedes partir cuando quieras. ¿Hay algo más? La verdad es que me muero de sueño.
La voz de Amalia suena más cansada que ácida, antes de abandonar el salón. Tras ella sale su hija, llorando desconsoladamente. Sólo Ana permanece sentada junto al fuego. Manuel se sienta a su lado y ambos permanecen en silencio hasta que las brasas se consumen y el frío comienza a adueñarse de todo.
Al caer la tarde, cansado y nervioso, Manuel toma el tren de regreso a San Bernardo.
Su indiferencia enmascara su dolor ante lo inevitable. ¡Pobre Amalia mía! Creo que nunca comprenderá cuánto la quiero...
10 Comments:
Muy agradecida por los saludos y felicitaciones de fin de año.
Aprovecho de contarles que este capítulo, el último de la primera parte del libro, será también el último que publico en este blog.
La segunda parte irá en otro blog.
Espero que me sigan visitando.
Tienes que darnos la nueva dirección del blog para poder seguir leyendo tu fascinante libro
Felicitaciones nuevamente. Me encantó la primera parte de tu libro y la forma en que cuentas la vida de tus abuelos. Recuerda dejar la dirección de tu nuevo blog
¡Qué libro tan conmovedor! Pocas veces me había emocionado tanto leyendo.
Mireya, por favor danos los datos donde seguirás publicando tu libro.
No puedes dejarnos en suspenso...
Admiradoras de Manuel Magallanes Moure y su nieta.
Felicitaciones por el esfuerzo de mantener este blog dedicado a ese gran romántico que fue Magallanes Moure.
Magnífico tu libro
qUIERO SEGUIR LEYENDO ESTE LIBRO
¿DÓNDE?
FELICITACIONES A LA ESCRITORA. ME ENCANTÓ.
Felicitaciones Mireya Redondo por crear este blog y dar a conocer tu libro que encontré magnífico.
Necesito saber donde puedo comprar este libro. ¿Alguien me lo puede vender?
¿Alguien conoce a la escritora Mireya Redondo Magallanes?
No lo he encontrado en ninguna parte.
Saludos
Olivia Lyon de Vial
La primera edición se agotó así que no esatá en librerías. Yo conozco a la escritora, una mujer extraordinaria de muy bajo perfil, que dirije unos talleres literarios fascinantes.
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