DE MIS DIAS TRISTES

En 1999 el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile publicó el libro "De mis días tristes" donde cuento algo sobre la vida y obra de mi abuelo, el poeta, pintor, dramaturgo, crítico de arte y cuentista chileno, Manuel Magallanes Moure (1878-1924) El nombre de cada capítulo corresponde al título de uno de sus poemas, los que pueden leerse completos en el Link Los poemas de mi abuelo. El prólogo es de la escritora Ana María Güiraldes.

22.10.07

19. - JAMÁS


Ante nosotros las olas
corren, corren sin cesar
como si algo persiguieran
sin alcanzarlo jamás.

Manuel se ha recuperado de la pleuresía que lo afectaba y está de vuelta en San Bernardo. Junto a sus amigos del grupo Los Diez, se entusiasma con el proyecto de una Torre que construirán para efectuar sus sesiones, lejos de la ciudad. Les han ofrecido, en donación, un sitio en Las Cruces de Cartagena. Bertrand se encarga de dibujar los planos.

En una puntilla, de rocas enormes como catedrales, se elevará la mítica Torre, que será roja y tendrá una altura de más de treinta metros.

Realizan frecuentes paseos a Las Cruces, donde disfrutan tanto del paisaje como de la mutua compañía e incluso algunos, como González, llevan sus pinturas para traspasar a la tela la belleza de las rocas y mareas. Pero el anhelado proyecto nunca se lleva a cabo y la torre permanece sólo en bosquejos.

Manuel no consigue olvidar a Sara y en medio de su confusión al ver sufrir a Amalia, imagina este diálogo:

Dice la esposa: ¿no es cierto
que nunca habrás de tornar
junto a esa mujer lejana?
Y yo le digo: ¡jamás!

Ella pregunta: ¿no es cierto
que ya nunca volverás
a celebrar su hermosura?
Y yo respondo: ¡jamás!

Ella interroga: ¿no es cierto
que nunca habrás de soñar
con sus fatales caricias?
Y yo respondo: ¡jamás!

Amalia, en tanto, disfruta de la compañía de Ana, quien se ha ido a vivir con ellos, después de la muerte de Álvaro. Ha sido muy bueno para ella tener a su hermana cerca. Siempre fueron muy unidas y ahora, cuando la vida se hace más difícil de sobrellevar y empiezan los primeros achaques, resulta gratificante esta cercanía.

¿Qué lees, Amalia, con tanta atención?
Las Desencantadas, de Pierre Loti.
¿De qué trata?
Es un libro sobre el desencanto de aquellas musulmanas, que han estado durmiendo al amparo de sus tradiciones. De pronto les llega el soplo de Occidente y despiertan al padecimiento de saber lo que es el mundo. Lo que es la vida...
¿Es un libro histórico?
No, Ana, es una novela de amor. Del más romántico amor que puedas imaginar.
Y tú, Amalia, ¿es que todavía crees en el amor?
Nunca he dejado y nunca dejaré de creer en el amor, hermana. Nunca.


Ese amor, que todo lo puede, logra endulzar el corazón de Amalia y le permite seguir junto a Manuel, aún sabiendo que él sigue enamorado de otra mujer.
Él, por su parte, anhela la paz y tranquilidad que siente cada vez más lejanas. Sufre por no poder hacer feliz a Amalia, pero no puede liberarse de esta pasión enfermiza que todavía nubla su mente.

Ella pregunta: ¿no es cierto
que ya nunca la amarás
como la amaste hasta ahora?
Y yo contesto: ¡jamás!

Ella interroga: ¿no es cierto
que su imagen borrarás
de tu mente y de tu alma?
Y yo murmuro: jamás...


Los dos callamos. Las olas
corren, corren sin cesar
como si algo persiguieran
sin alcanzarlo jamás!

8 Comments:

At 9:18 AM, Anonymous Anonymous said...

Qué linda historia y qué bien escribes, Mireya Redondo. Es como si estuvieras participando de esos momentos. Me encantas.
Preciosa la poesía, también.

 
At 10:48 AM, Blogger Ursula Pezoa Ortuzar said...

ahh la torre de los 10!!! he visto las maqueta y el aguafuerte de Julio Bertrand, que lindo proyecto!. Lastima que no se llevo a cabo

Saludos!

 
At 7:28 AM, Anonymous Anonymous said...

¿Sabías que la casa de la cultura de San Bernardo lleva el nombre de tu abuelo? Me parece un merecido homenaje a un poeta que amó tanto a esta ciudad.
Muy interesante tu blog

 
At 6:10 PM, Blogger Mireya said...

Muchas gracias, a Pedro, Úrsula y Julio, por sus cariñosas visitas.
Ambicioso proyecto el de la torre de los Diez,tan utópico como los sueños de Bertrand.
Efectivamente, la Casa de la Cultura Manuel Magallanes Moure, es un homenaje de la ciudad de San Bernardo a uno de sus hijos preferidos.

 
At 11:22 PM, Anonymous Anonymous said...

Me recomendaron este blog y me he quedado extasiado en un viaje al pasado que me llena de nostalgia y evocaciones.
Soy un viejo admirador de Magallanes Moure, sus pinturas y poemas.
Gracias, niña, por este regalo.

 
At 7:13 AM, Anonymous Anonymous said...

Me interesa saber cómo se te ocurrió la estructura de este libro, cómo seleccionaste los fragmentos y cómo elegiste los nombres de los capítulos.
Lo encuentro extraordinario.

 
At 1:19 PM, Blogger Mireya said...

Quería contar la historia de amor de Amalia y Manuel, mis abuelos maternos, y algo del viaje que él realizara a Europa, a fines del año 21, cuando la Primera Guerra acababa de terminar y París era el centro cultural del mundo. Quería, a través de fragmentos de cartas y poemas, dar a conocer su obra, especialmente a las generaciones actuales para quienes la figura de Magallanes Moure resulta prácticamente desconocida.
Empecé por transcribir sus numerosas cartas manuscritas para poder luego seleccionarlas. Fue un trabajo difícil y lento, ya que entonces no tenía computador y tuve que transcribir más de cuatrocientas páginas en una máquina de escribir. Me sumergí en los archivos familiares y me dediqué a leer a diversos autores que hablaban de Magallanes Moure y su época. Empecé a participar en un taller literario para aprender a escribir. A través de innumerables conversaciones con mi madre, fui dando forma a la trama, definiendo personajes e imaginando diálogos. Cuando fue posible, viajé a París, Burdeos, Florencia y Venecia y recorrí los lugares que mi abuelo Manuel describía en sus cartas, impregnándome de sus detalles. Seleccioné cuidadosamente los poemas que darían nombre a los capítulos y las estrofas que los encabezarían.
Sólo entonces, cuando todo estuvo dispuesto, escribimos este libro. Y digo escribimos, porque la verdad es que, en muchísimas oportunidades y con extraña nitidez, sentí que era mi abuelo, el que hablaba a través mío, para contar su historia.
El nombre de cada capítulo corresponde al de uno de sus poemas.

 
At 6:04 AM, Anonymous Anonymous said...

Gracias, Mireya Redondo Magallanes, por tu interesante explicación.
Así se gesta un gran libro.

 

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