DE MIS DIAS TRISTES

En 1999 el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile publicó el libro "De mis días tristes" donde cuento algo sobre la vida y obra de mi abuelo, el poeta, pintor, dramaturgo, crítico de arte y cuentista chileno, Manuel Magallanes Moure (1878-1924) El nombre de cada capítulo corresponde al título de uno de sus poemas, los que pueden leerse completos en el Link Los poemas de mi abuelo. El prólogo es de la escritora Ana María Güiraldes.

8.2.07

10.- ADORACION

Tus manos presurosas se afanaron y luego,
como un montón de sombra, cayó el traje a tus pies
y confiadamente, con divino sosiego,
surgió ante mí tu virgen y suave desnudez.

Los recién casados deciden vivir en San Bernardo, en la misma quinta donde se conocieron, que ha heredado Amalia, junto a otras propiedades de la familia Vila Magallanes.

El amor que sienten el uno por el otro se hace realidad, después de una espera que parecía interminable. Sus caricias se impacientan. Sus manos se buscan. Sus labios se encuentran. Sus mentes y sus cuerpos se funden en uno solo.

Con el alma en los ojos te contemplé extasiado
Fui a pronunciar tu nombre y me quedé sin voz...
Y por mi ser entero pasó un temblor sagrado
como si en ti, desnuda, se me mostrara Dios.

En 1904 aparece Matices, el segundo libro de poemas de Magallanes Moure. El prólogo es del poeta colombiano Isaías Gamboa:

“ ... La poesía de Magallanes Moure es insinuante y seductora; uno la gusta y la ve. Es para ser leída mentalmente, como se contempla en silencio un paisaje. Produce un acallado deleite... Hace que todo el encanto se desprenda del asunto mismo, que él sabe mostrar desde su punto de vista de poeta y de pintor...”

Ese mismo año nace la primera hija que se llama Amalia, como su madre.

Un año después, nace Mireya. Manuel elige ese nombre en homenaje al libro homónimo que escribiera Federico Mistral, quien acaba de obsequiárselo, cariñosamente dedicado. Manuel lo ha releído muchas veces. Le fascina la belleza de los textos. Le emociona el trágico amor de Vicente y Mireya, y especialmente ese final tan poético cuando los rayos solares hieren a la pobre niña en la frente junto a la salada marisma y determinan su muerte en la capilla de las Santas Marías.

Amalita es rubia y de ojos claros, como su abuelo Bernardino.

Mireya tiene los ojos café y el pelo castaño, como sus padres.

Sus vidas transcurren apaciblemente en la casaquinta de la calle Pérez, aromada de naranjas y jazmines. De madreselva y cariño. De yerbabuena y niñez feliz.

Amalia administra la casa. Se preocupa de sus hijas. Visita poblaciones, ayudando a los más necesitados. Lee y sueña.

Manuel edita varias revistas, entre las que destaca Chile Ilustrado. Colabora en publicaciones extranjeras. Participa en política y es elegido Alcalde de San Bernardo.

Ambos se aman con una fuerza que creen capaz de vencer todos los obstáculos que alguna vez pudieran presentarse en el camino.

¿Creer? ¿Pensar? Ya no. Sólo sentirte.
Sentirte en mí, sentirme en ti, eso es todo.
Ser como el aire que tu boca bebe,
como la luz que bebes con tus ojos,
como el agua que bebes con tus labios;
entrar, entrar en ti, hasta lo más hondo,
y al fin dejar de ser y ser tú misma!
Ni pensar, ni creer. Sentir. Es todo.

5 Comments:

At 3:12 PM, Blogger Lety Ricardez said...

Mireya volví muchas veces sin encontrar avances, hoy estoy feliz, leí este último texto porque no pude abandonarlo, pero volveré para verlos en su orden.

También leí acerca de tu taller de autobiografía creativa y me pregunto si tendrás apuntes de estos talleres para que yo pudiera llevarlo a la distancia contigo.

Te dejo un abrazo cariñoso

 
At 10:38 AM, Blogger Mireya said...

Querida amiga, si me envías tu email puedo mandarte alguna información de mis talleres e intercambiar algunas ideas al respecto.
Como siempre, agradezco tu cariñosa visita.

 
At 6:19 AM, Anonymous Anonymous said...

Se ha hablado mucho del ateísmo de Magallanes, sin embargo, su libro me deja la sensación de que era muy creyente... Son aspectos de su vida que desconocía. ¿Hay alguna otra poesía suya en que esto se manifieste?
La felicito por mostrarnos esta nueva faceta de su abuelo.

 
At 2:07 PM, Blogger Mireya said...

Muy interesante tu observación, Hugo.
Mi abuelo perdió su primera fé, la de su niñez, pero luego en medio de su dolor buscó a Dios y lo vio reflejarse, principalmente, en la naturaleza y en la mujer. En otros poemas, como "Angelus" y "Adoración" también afirma la existencia de Dios.

 
At 6:04 AM, Blogger Jaime Herrera D' Arcangeli said...

Mireya:
Hola. Estoy terminando de escribir el guión de "Memorias de un tosltoyano", basado en la obra de Fernando Santiván. Se trata de un Fondo de Fomento Audiovisual. Tus abuelos tienen un pequeño pero importante papel, ya que fueron los mecenas.
Ojalá podamos en su día conversar un poco más.

 

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