DE MIS DIAS TRISTES

En 1999 el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile publicó el libro "De mis días tristes" donde cuento algo sobre la vida y obra de mi abuelo, el poeta, pintor, dramaturgo, crítico de arte y cuentista chileno, Manuel Magallanes Moure (1878-1924) El nombre de cada capítulo corresponde al título de uno de sus poemas, los que pueden leerse completos en el Link Los poemas de mi abuelo. El prólogo es de la escritora Ana María Güiraldes.

11.5.06

5.- AMOR

Amor que vida pones en mi muerte
como una milagrosa primavera:
ido ya te creí, porque en la espera,
amor, desesperaba de tenerte.

Falta muy poco para que el amor correspondido se haga realidad. Pero Manuel y Amalia, todavía no lo saben.

El invierno de 1896, se anuncia muy lluvioso. Será el último que los Vila Magallanes pasen en la quinta de San Bernardo. Han decidido arrendarla y trasladarse a vivir a Santiago.

Amalia, se siente muy cansada a pesar de haber dormido una larga siesta, lo que no es algo habitual en ella. Hace frío y no tiene ganas de salir. Mañana verá a su novio. Hoy se quedará en la casa.

Manuel está muy contento porque, La Revista Cómica, ha publicado unos poemas suyos, firmados con el seudónimo de C. Vero M. Ha pasado la tarde en el Taller de Pedro Lira, junto a sus amigos Marcial Plaza Ferrand y Pedro Reszka. A la salida de las clases de Pintura, se ponen de acuerdo para reunirse en casa de Marcial con unas primas de éste, que acaban de llegar del extranjero. Pero Manuel, sólo quiere estar cerca de Amalia y llevarle la revista donde aparecen sus poemas. No le interesa conocer a otras niñas y, a pesar del disgusto y las burlas de sus amigos, toma el tren para San Bernardo.

Oscurece. Ya no quedan colores en la habitación. Amalia se acerca a la ventana para contemplar los últimos resplandores del crepúsculo y siente el corazón alborotado. Para calmarse un poco busca su crochet, y entonces encuentra, en la mesita de noche, otra carta de Manuel. ¡Este chiquillo acabará conmigo! se dice, mientras asombrada comprueba que no puede esperar para leerla. ¡Qué me está pasando, Dios mío! Debo tranquilizarme. Seguramente estuve soñando locuras y ahora pago las consecuencias.

He soñado contigo pero no como siempre. Ha sido un sueño doloroso y feliz, al mismo tiempo. He despertado a medianoche pensando en ti. Tú eras mía y te veía morir entre mis brazos. Mis caricias te mataban... ¿Qué hacer para sofocar esta pasión en que me abraso?... Tengo aquí clavado en el corazón un puñal agudísimo que por momentos creo me va a matar: ¡los celos! Ellos son, en gran parte, causa de mi desdicha.

Casi al instante escucha la voz de Manuel en el pasillo que lleva a los dormitorios.

Buenas tardes, Anita ¿está Amalia en su habitación?
Si está y me parece que no se siente muy bien. Quizás tú consigas animarla un poco...

Al oír esto, Amalia esconde la carta bajo su almohada. Se mira en el espejo. Se empolva la nariz. Se encuentra atractiva. Sonríe. Los crujidos de los pasos de su hermana se alejan a medida que los de Manuel se acercan.

Amalia siente un súbito impulso de arrancar lejos, cuando ve que, en ese preciso instante, él aparece en el umbral. Hace un gran esfuerzo para no dejar transparentar su nerviosismo y lo saluda cariñosamente.

El avanza. La abraza, como siempre, y la besa en la mejilla.

Ella lo aparta suavemente y lo mira, directo a los ojos. Entonces, por primera vez, siente que la mirada de su primo traspasa sus misterios y con extraordinaria nitidez se da cuenta que lo ama, como nunca pensó que se pudiera amar a alguien.

Manuel no puede creer lo que está sucediendo y se resiste a aceptar que el momento con que tanto soñó, haya llegado. Está tan turbado que fija su vista en el suelo, sin atreverse a mirarla, mientras su corazón late estrepitosamente. Al fin, levanta sus ojos y por un momento permanecen mirándose en silencio.

Entonces, como en un sueño, ella le pide que la bese.

... y acercando su boca de fuego,
confusa, aturdida, mi boca buscó.

Yo sentía el calor de su seno
Y al mirarla su amor comprendí,
y juntando mi boca a sus labios
frenético beso, temblando le di.

6 Comments:

At 9:33 AM, Anonymous Anonymous said...

Te sugiero ir agregando los capítulos en orden inverso, es decir, que el último sea el primero que uno lea, para no tener que bajar tanto ¿estamos?

Poco sabía de la vida de Magallanes.Muy bueno tu libro, bien escrito, ameno e interesante.

 
At 1:57 PM, Blogger Mireya said...

Pedro, me imagino que desde el más allá la perspectiva mejora.
Ya me había planteado este problema pero todavía no logro darle una solución.
Gracias por tu comentario

 
At 10:20 AM, Anonymous Anonymous said...

ignoraba la existencia de este libro que me tiene tan atrapado como entusiasmado.
espero el capítulo 6

 
At 8:43 PM, Blogger Lety Ricardez said...

Ay Dios nunca se da gusto, a mi me gusta esta forma de colocarlos, porque vas leyendo en orden.
Incluso es la forma que yo tengo para EntreCaracoles,
sigo fascinada, ¿por qué seremos tan románticas las mujeres? nada bueno vendrá, pero disfruto esto mientras tanto,

 
At 12:42 PM, Blogger Mireya said...

¡Muchísimas gracias, Andrés! Ya estoy poniendo el capítulo que sigue.

Tienes razón Lety. Ya no haré más cambios en el orden. Basta con hacer click en el capítulo que a cada cual le interesa leer.
Podrías mandarme tu mail para conversar más largo. No lo encontré en tu casa.

 
At 6:58 AM, Anonymous Anonymous said...

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